LOS NIÑOS DEL AMOR


Este domingo en la misa de la mañana en el momento de dar la paz, lo vi recorrer todos los bancos hasta el final del templo, dando su mano a todos, era como de 15 años tal vez; cuando pasó por mi lado no me vio, pero le estiré mi mano para saludarlo, el me la dio, después sin dudarlo se abalanzó sobre mí, me dio un abrazo tan fuerte que sentí que me hundía en su pecho, en ese joven sentí como en ningún otra persona el amor de Dios que me estrechaba con él. No sé cual sería su nombre, era un muchacho con síndrome de Down.
En este mundo donde parece que priva más la perfección, la belleza, la inteligencia, también existen ellos, esos seres llamados especiales que son catalogados como Down, “tuvo un hijo down”, “el niño es down”, por haber nacido con ese síndrome, muchas veces rechazados, muchas veces eliminados antes de nacer, solo porque consideran algunos equivocadamente que traen consigo una carga de vergüenza, de imperfección, de incapacidad mental; para algunos padres o familias es trágico, gracias a Dios muchas familias le dan todo el amor y la felicidad posibles que ellos se merecen.
¿Por qué debe ser una vergüenza traer a este mundo a un niño como él? ¿Solo porque no será un genio, o no irá a una universidad? ¿O por que en su carita y en su cuerpo tienen ese sello que los identifica como Down?
Quizá no todos saben que también traen una carga excepcional de amor, de ternura, de alegría, de sensibilidad, que pueden desarrollar una excepcional capacidad para la pintura, la cerámica, y vaya a saber que otras aptitudes, además de leer y escribir, e incluso hasta pueden ser actores.
Duele oír cuando se les dice niños especiales, ¿por qué no se les puede llamar niños y punto? Padre, madre, deberías sentirte orgulloso de tener un hijo como él, no te dará la satisfacción de ser un hijo profesional, es el hijo que nació en tus entrañas, no es una maldición, ni un castigo de Dios, la mayoría de las veces nacen con ese problema porque es un problema congénito, o a veces por consecuencia del alcoholismo, de las drogas, de un embarazo mal llevado, y presentan muchos trastornos de salud, como dolencias cardíacas, sordera, y otras deficiencias.
No son niños normales lógicamente, no podrán casarse, ni alcanzarán las metas que un hombre o mujer con inteligencia normal lo hacen, pero de lo que sí es seguro es de que desarrollarán quizá más que otros la inteligencia que el amor puede lograr en un ser humano, no tienen malos sentimientos, no odian, no tienen envidia, son niños más excepcionales que especiales, que solo saben regalar su hermosa sonrisa, su alegría y su amor.

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